29 marzo 2024

TODO PASARÁ

Cuando ves pasar los dias desde la ventana y no encuentras el motivo para salir en busca de esa vida que tanto deseabas, te vas hundiendo poco a poco, sin motivo, sin sentirlo. Ya no miras el movil veinte veces como hace unos dias y el chandal se ha convertido en tu traje de fiesta. Sigues caminando, por los demás, pero no sonries, ya no sientes las cosas como antes. Estás rodeado de gente y te sientes solo y les gritas, te abres y les cuentas lo mal que te estas encontrando, ves sus caras de pena y te dicen que no deberias de aguantar y te hundes un poco mas. Aunque aun no seas consciente, algo en ti va cambiando, es entonces cuando está dando comienzo esa gota que colmará el vaso, que te llevará directo a ese límite, que siempre te repetiste una y otra vez que jamás llegarías. Sigues aguantando, sales a la calle, sonries a tus amigos y les dejas hablar, les escuchas por que decidiste hace tiempo que no volverias ha hablarle de tu mal estar, bastante duele que te digan que siempre te estas quejando cuando lo tienes todo. Y que sabran ellos lo que significa para ti el tenerlo todo. Acuden a ti imagenes de cuando fuiste feliz de verdad y no era precisamente cuando lo tenias todo, fuiste feliz cuando no tenias nada por que no te hacia falta nada para quererte, para adorarte y amarte a ti mismo, no te dejabas llevar por las opiniones de los demás y el laberinto en el que estás ahora mismo no te deja ver el final de este tramo, no ves más allá de éstas cuatro paredes que has dejado crecer a tu alrededor, pero levanta la cabeza por que no va a venir ningún alma caritativa con alas a sacarte de ahí, tú serás tu propio Ave Fénix, ese del que tanto has oido hablar pero que nunca lo has visto. No importa cuantas veces caigas, lo importante es que después de cada caída encuentres el motivo para volver a levantarte y ese motivo eres tú mismo, tus ganas de quererte y de encontrarte bien. Busca en tu interior y recuerda que era aquello que tanto te hacía disfrutar, vuelve ha hacerlo poco a poco. Esas horas de coche, de regreso a casa, son las más duras, cuando te quedas solo con tus pensamientos y la tristeza y el vacio se apoderan de ti. Que dificil es encontrar las palabras exactas para hacerte ver que este no es el final, que pronto verás la luz del día de nuevo y sentirás el aire en tu cara, que volveras a respirar y sentir esos olores de recuerdos que tanto te gustan. Pero solo tú puedes pasar este luto por el que estas pasando, es un proceso duro pero te stoy esperando casi al final del camino para poder darte el ultimo empujón que necesitarás para terminar de dar el paso, si que te puedo dar un consejo, pero estoy segura de que lo desecharás nada más leerlo, por que la mente es así, nada de lo que nos dicen nos vale, ninguna experiencia de los demás hizo experto a nadie. Por este mismo motivo debes darte un tiempo y dejar de exigirte. Tomatelo como unas vacaiones. Serán especiales, solo para ti, date tiempo para estar solo y despeinado, no te dejes ver si no te apetece y llora, llora todo el tiempo que sea necesario hasta que no te quede nada más por llorar y siente que esto solo es un proceso para todo lo que está por llegar, todo lo que siempre has dicho que no merecias, todo eso y mucho más te está esperando al final de este tunel y aunque no me estés viendo te tengo cogido de la mano para que no te pierdas en el mundo de la ocuridad, estoy aqui para gritarte que gires de vez en cuando y así poder ver la salida. Sin más, te espero aqui sentada.

21 octubre 2023

ANA BELÉN

 -Doctor- ¿Que te gustaría decirle en éste momento? 

-yo- No se. 


Han pasado 22 años y ahora se lo que te quiero decir. Me desgarra tu recuerdo, estas en un rinconcito muy oculto, tapada con otros recuerdos amontonados y de vez en cuando, sin querer, aparece tu cara entre la gente o incluso en la oscuridad de la noche. Como aquella noche. 

foto biblioteca personal. Gini Zamora

Me haces falta, aunque no lo supiera entonces. Necesito escribirte todo eso y que de un modo u otro tú lo leas. Aún me pregunto cómo se supera una pérdida y aunque se la respuesta, sigo preguntado a mis allegados. No se supera, se aprende a vivir con ella. Por eso estas tan cerca de mi siempre, por eso sigo viendo tus ojos y me duele todo el dolor que se desató aquella noche. 

No se si te he pedido perdón, ni siquiera si he logrado llorarte todo lo que me hubiera gustado. Perdóname por mis diecisiete años, por lo incrédula que era y por no quererte lo suficiente cuando te tuve cerca. Todo era nuevo para mi, entraste en nuestras vidas dispuesta a quedarte, y vaya si lo hiciste! desde luego, no del modo en que a todos nos hubiera gustado, pero aquella noche te fundiste a mi piel. Se que en un instante volaste muy rápido y fuiste junto a tu hijo, que lejos estaba aquella noche y cuanto lo echabas de menos, lo miraste y lamentaste el estar en aquella situación. De pronto ya no tenia a su mamá, la mujer de sus ojos, su todo. ¿Como se gestiona eso? Pequeñito de mamá, quiero imaginar que te hiciste fuerte y no dejaste escapar su recuerdo, todo el amor que te daba día tras día, todos los besos y abrazos, siempre estabas pegado a su pierna mirándonos con esos ojazos bonitos, tan inocentes. Ya tendrás mas o menos la edad de tu madre de aquella noche. Deseo que de un modo u otro hayas crecido con ese apoyo maternal que te arrebataron tan injustamente, tan de repente. No se si se puede llegar a encontrar la felicidad cuando te quitan lo mas hermoso que puedes tener, ni como se aprende a vivir con ello.  

No quiero dejar esto a medias sin decirte todo de una vez, trago mis lagrimas para que me dejen acabar, me duele el pecho y no puedo apenas respirar, un dolor muy fuerte me atraviesa el alma si te pienso, si te veo. 

¿Sabes? Tengo tu tacto guardado, intacto, en ese rincón que antes te contaba, donde tú estas y las cosas importantes que atesoro solo para mi. Aún puedo sentir lo suave que era tu piel, tus manos, el color tostado de tu cara que albergaban esos ojos tristes que tanto me llegaron a gustar, tu sonrisa está congelada, por que es así como te recuerdo, con un sonrisa para todos, a veces un poco triste, otras mas alegre pero siempre la tenias para regarla a quien te mirase. Y si es cierto que lo primero que se olvida de un ser querido es su voz yo te tengo a buen recaudo, por que a día de hoy, de vez en cuando puedo escuchar algunas frases de aquella noche. Tengo algunos recuerdos, aunque algo borrosos pero muy bonitos, de verte reir, disfrutar, contarme algún secreto en la puerta del baño de chicas, una ilusión, correr hacia el coche entre risas y empujones para ver quien se sentaba en la puerta. Como odio aquella noche. Cuanto me duelen las ultimas miradas, como me duele tu recuerdo. 

En ocasiones te cuento como me siento y pienso en cuánto  me gustaría saber como estás, que todo hubiera seguido su curso y vernos mayores, con nuestros miedos e ilusiones. Hablando de universidades de nuestros hijos, novias o trabajos en los que están y entonces me pongo a llorar, pero poco rato, por que nadie entendería por que lloro por alguien que hace tanto tiempo que se fue, pero Ana, te llevo tan adentro que no te puedo dejar, entiendo que cuidas a tu niño, que aquella noche lo arrancaron de nuestro lado y se lo llevaron lejos, que cuidas de tus padres, que comenzaron una lucha desesperada por poder ver a su nieto aunque solo fuera cinco minutos en la salida del colegio. Aquella noche se truncaron sus vidas metiéndose de lleno en una espiral llena de oscuridad y vértigos. Un día no hace mucho me encontré con tu padre, cada vez que lo he visto he deseado preguntarle por tu hijo, pero no me he atrevido, me he sentido incapaz nombrarle por que en su nombre está grabado el tuyo y duele mucho. 

Ahora comprendo todas las veces que el psicólogo me preguntaba si tenía algo para decirte, quería que lo sacara todo fuera y te dejara escapar, pero fui incapaz, hace veinte años no tenia nada que decirte por que ya estaba todo dicho, no comprendia por que queria que te hablara si no estabas aqui, si no me ibas a responder. Fueron años muy dolorosos y silenciosos, comencé a saber cuales eran las palabras tabú en casa y en el entorno familiar. Se intaló dentro de mi un silencio muy grande que lleva tu nombre grabado a fuego y aún, a día, de hoy rompo a llorar. Es tan grande este dolor que ya es parte de mi, este dolor me hizo un poco mas fuerte pero esa fortaleza no me enseñó a vivir sin ti, solo a silenciar todo lo que sentía. 

Por si aun no te lo he dicho necesito que lo sepas, te quiero. 


08 julio 2023

LA VISITA

 

Las nubes se apelotonan en mi cabeza, no responden mis sentidos y entro en bloqueo, siento el bom bom de un corazón acelerado. 
Con la respiración entrecortada veo como te alejas y vuelvo a sentir todo aquello que ya creía muerto. Todo lo que me diste y te llevaste con cada una de tus partidas. 


Creí en mi fortaleza, en la torre que había construido para cuidarme de gente como tú. De esas personas que son luz y te arrastran, de las que te dejan suspendido en el aire cada vez que se van. 
Tu mirada profunda, con media sonrisa, el tacto de tu piel. No tenías derecho a aparecer, has roto nuestro pacto y me veo de nuevo intentando llevar mi día a día con normalidad. 
Un remolino de sentimientos contradictorios me has dejado con tu última visita, necesito tiempo, otros tantos años para calmar los vientos y a mi corazón. 
Me arrastras de nuevo a buscarte en cada palabra, en otras miradas y otras manos. Por mas que miro no te veo, tan sólo queda una silla vacía y tu recuerdo. 
Ya no soy la misma, cada vez me quedo un poquito más rota, un poquito más vacía. Quiero gritar y decirles a todos lo que está pasando, corro descalza para sentir dolor en mis pies y así seguir guardando en silencio todo éste sentimiento que me atormenta. 
No creas todo lo que ves ni lo que oyes, mi mirada y mi boca ya no dicen la verdad. 
Sigue tu camino con tus historietas de idas y venidas, de corazones fríos en camas calientes, yo, prefiero quedarme con todo lo que fue, guardar esa magia que nos envolvía cuando fuimos nosotros. Lo nuestro no fue amor ni tampoco sólo deseo, fue más allá. Y así quedará.
En un rincón escondido. 

25 abril 2022

EL REGALO

 Cuando pronunció la penúltima palabra de su pequeño discurso me quedé mirando su boca, entreabierta dejaba entrar y salir un pequeño hilo de aire, la última palabra que nunca pronunció se quedó ahí, entre sus labios y su lengua. Cerró sus ojos un instante e inspiró profundamente. 
Me sentí libre, tenía ganas de gritar, reír e incluso abrazarlo pero reprimí mis ganas de ser libre para más tarde. Comencé a llorar, tuve que hacer un esfuerzo para que pareciera real, golpeé la mesa con rabia incluso estiré la pierna dando una patada a la silla que tenía más cerca. Sabía que ya era definitivo, que jamás volvería a escuchar toda aquella bazofia que salía por su boca intentando hundirme como persona. 
Me arrodillé delante de el, le agarré las manos haciéndole creer que lo necesitaba en mi vida, lo miré y vi su cara de triunfo, el muy cretino de verdad creía que no viviría sin él. Soltó mis manos con esfuerzo lanzándome por última vez al suelo, como otras tantas veces ya había hecho. Cogió las llaves del coche, agarró el pomo de la puerta y me lanzó una última mirada, disfruté de aquella imagen, sonrió al verme allí tirada. 


Con el último portazo llegó mi libertad, aún tirada en el suelo sonreí. El pobre infeliz se fue victorioso dejándome el mejor regalo de mi vida.

 Su ausencia. 




 

07 enero 2022

En un rincón escondido 


    Llegó el año siguiente y ya pasó en el que me prometí que no te pensaría. Lo he prometido otra vez para este año y he vuelto a incumplir mi promesa. 

Te Quiero. 

Pero sólo te quiero con la parte que conozco de ti. No quiero conocer más, ni saber cuales son tus sueños o preocupaciones. Me encanta recordar tu risa desenfadada y tu forma de mirarme.

 ¡Cuánto amor cabía ahí dentro!  


Ni una llamada, ni mensajes de buenas noches, no teníamos planes juntos ni la intención de hacerlos. Sólo había cabida para el amor de verdad. Solos tu y yo, no había nadie más.

 La Noche fue nuestra, en cada visita, en cada estación, solo nuestra. Fui feliz y juraría que tu también lo fuiste pero te marchaste para no volver.  Los dos lo sabíamos y lo aceptamos. Sin llamadas ni despedidas. Nos alejamos cada uno en su mar, el mío en calma, dejando atrás una tormenta de sentimientos difícil de disipar. 
Sólo me queda aquel presente pasado que fue nuestro nada más, el recuerdo de quien me quisiste mostrar, ese YO que nunca mostré a nadie más, nació contigo y allí mismo murió. A veces y solo en sueños te vuelvo a ver, y grito tu nombre, uno de los tantos que tenías. Siento el calor de tus manos sobre mi cuerpo de nuevo y sólo entonces vuelvo a ser yo. 

  Despierto y regreso a este mundo que    me he inventado, donde finjo ser feliz,     donde cada día me pongo una máscara distinta y no me permito llorar. Un mundo lleno de hienas hambrientas de vidas ajenas, de lobas que, lejos de velar por su manada, rondan manadas ajenas en busca de un aliciente para sus vidas. Un mundo podrido que se viste de Gala sólo por el aplauso de manos llenas y corazones vacíos. 

26 abril 2021

ADIÓS

  Me siento delante del ordenador y de pronto añoro algo que hace tiempo no tengo, añoro algo que nunca he tenido y me hubiera gustado para añorarlo con más fuerza. Me uno al dolor de aquellas personas que pierden a sus seres más queridos, me uno a la desesperación de querer hablarles por última vez y al desconsuelo que les azota al darse cuenta que ya no obtendrán respuesta a sus palabras de amor y reproches, que no tendrán una mirada de vuelta, ni una sonrisa de esas de piel arrugada y minutos de calma. 




Los abuelos, los padres que ya son abuelos, aquellos que se han volcado con sus nietos al 100%, abuelos de los que ya no hay, de los que se dedicaban a ver las horas pasar y a contar historias a sus nietos. Vasos de leche llenos de galletas y ese olor peculiar de casa de los abuelos, mesas antiguas con manteles de hule a cuadros y con pequeños cortes de usar cuchillos y no poner las maderas para cortar. Abuelos de manos suaves y arrugadas, con miradas llenas de amor y llenas de historias de guerra y posguerra. 
Queridos abuelos que no he llegado a conocer, cuyo recuerdo se me desvanece en una nube inmensa de lluvias y truenos, quisiera daros el último adiós, aunque no sea a mi quien corresponda, deciros que en los corazones de vuestros nietos vive un gran pedacito de vosotros, que habéis dejado huellas que marcarán para siempre las personalidades de cada uno de ellos. Ese adiós que nunca tuvieron la oportunidad de daros fue el punto de inflexión para todos ellos, cambió su vida en ese momento, su manera de ver el mundo, su forma de añorar algo que ya no volverá.