08 febrero 2021

Julia

 No recuerdo muy bien como pasó, pero pasó. 
Cada noche se daba la vuelta en la cama, dándome la espalda, ya no había beso de buenas noches, ni siquiera había un "buenas noches mi vida" yo cerraba los ojos y me hacía el dormido, ya no me atrevía a abrazarla, ni a rozar siquiera su piel, de todos modos, cada vez que lo hacía, ella, muy disimuladamente, se alejaba poco a poco hasta que dejaba de notar el tacto de su piel. 

pintura de personajes de anime
de mujer de pelo rojo, obras de arte, sirenas, Disney, alicexz,
 La Sirenita, niña de fantasía, arte de fantasía,

La miraba con recelo por las mañanas cuando se levantaba, ella sonreía frente al espejo del dormitorio mientras se vestía, me hacía el dormido, pero la miraba, y que guapa estaba, con su pelo rojizo suelto, con esos mechones ondulados que le caían a cada lado del cuello, ese brillo en la mirada que hacía que el verde de sus ojos brillara aún más. Con sus delicadas manos se cogía el pelo y se hacía una coleta dejando así al descubierto su carita angelical, en su tez blanca resaltaban sus preciosas pecas rojizas, todas las había recorrido con anterioridad a besos, todas y cada una de ellas formaban una constelación preciosa que hacía que fuera la cara más bonita de toda la ciudad. Canturreaba alguna canción mientras se preparaba para el nuevo día y entonces mil demonios asomaban a mi almohada y hacían de mi estómago una montaña rusa dejándome sumido en la más oscura de las pesadillas. ¿Sería posible? 


No recuerdo que día de la semana era, llegué a casa y me encontré una nota en la nevera "Cariño me han llamado del trabajo y he tenido que salir, nos vemos a la noche", ése día habíamos quedado en que comeríamos juntos, ya que hacía más de un mes que nuestros horarios no coincidían, de nuevo mis demonios salieron y guiándome por mi intuición salí de casa con los pensamientos sumidos en mis más terribles temores, cogí el coche y puse rumbo a su restaurante favorito. Un vuelco me dio el corazón cuando vi su coche aparcado en la calle de al lado, me quedé estacionado al lado sin saber muy bien que hacer, no debería desconfiar, después de 8 años de relación no podía echarlo todo por la borda, así que decidí marcharme de allí, distraído, con la mirada perdida, pensando en ella, en todo lo que había dejado atrás por mi, en todos los sueños que abandonó cuando se cambió de cuidad para vivir conmigo, en la alegría que tenía cuando la conocí y la ilusión que mostraba por la vida y entonces lo vi claro... Ya hace bastante tiempo que no compartíamos nada, estaba tan sumido en mi trabajo, tan absorbido por la Compañía que ya daba por echo que ella era feliz, así, sólo con estar conmigo, pero en realidad no podía recordar cuando fue la última vez que la vi reír con ganas, a carcajadas, no recordaba cuando fue la última vez que salimos a cenar y bailar, a divertirnos, tal y cómo nos gustaba hacer cuando la conocí. No podía recordar el momento en el que se instaló en nuestra casa la monotonía. 
Mientras conducía me fijé en la pareja del vehículo de enfrente, iban abrazados, ella le dio un beso a él. Que afortunado que era ese hombre! Por un momento quise ser él y que Julia fuera a mi lado así, abrazada. 


Debí quedarme absorto en ellos sin darme cuenta de la velocidad de mi vehículo, sin fijarme en el cruce de semáforos al que me acercaba, en mi descuido arrollé al vehículo que estaba parado en el semáforo, vi pasar toda mi vida por delante, sólo quería llegar a casa y empezar a deshacer la maldita monotonía que me había separado de mi Julia.

 Mi querida Julia. 

Una, dos, tres vueltas pude contar, la chica salió disparada del coche, horrorizado me bajé como pude, corrí hacia ella, mi sangre resbalaba por mi mejilla, era tal mi agitación que no me di cuenta de los pequeños cristales que tenía por casi todo mi cuerpo, ella no se movía. Vi al chico intentando bajar del vehículo sin éxito alguno, cubierto por su sangre, o era de ella... Llegué donde estaba la chica, con gran dificultad, no recuerdo muy bien quién fue, un viandante me agarró del brazo intentando frenarme en mi carrera, pude zafarme de él y la cogí, me quería morir, quería cambiar mi vida por la de ella, seguía sin moverse! ¿Qué había hecho? Su cuerpo tumbado en la acera, era frágil, sus cabellos rojizos se mezclaban con la sangre, le día la vuelta para comprobar su respiración. Mi mundo se caía... ¿Julia?