21 octubre 2023

ANA BELÉN

 -Doctor- ¿Que te gustaría decirle en éste momento? 

-yo- No se. 


Han pasado 22 años y ahora se lo que te quiero decir. Me desgarra tu recuerdo, estas en un rinconcito muy oculto, tapada con otros recuerdos amontonados y de vez en cuando, sin querer, aparece tu cara entre la gente o incluso en la oscuridad de la noche. Como aquella noche. 

foto biblioteca personal. Gini Zamora

Me haces falta, aunque no lo supiera entonces. Necesito escribirte todo eso y que de un modo u otro tú lo leas. Aún me pregunto cómo se supera una pérdida y aunque se la respuesta, sigo preguntado a mis allegados. No se supera, se aprende a vivir con ella. Por eso estas tan cerca de mi siempre, por eso sigo viendo tus ojos y me duele todo el dolor que se desató aquella noche. 

No se si te he pedido perdón, ni siquiera si he logrado llorarte todo lo que me hubiera gustado. Perdóname por mis diecisiete años, por lo incrédula que era y por no quererte lo suficiente cuando te tuve cerca. Todo era nuevo para mi, entraste en nuestras vidas dispuesta a quedarte, y vaya si lo hiciste! desde luego, no del modo en que a todos nos hubiera gustado, pero aquella noche te fundiste a mi piel. Se que en un instante volaste muy rápido y fuiste junto a tu hijo, que lejos estaba aquella noche y cuanto lo echabas de menos, lo miraste y lamentaste el estar en aquella situación. De pronto ya no tenia a su mamá, la mujer de sus ojos, su todo. ¿Como se gestiona eso? Pequeñito de mamá, quiero imaginar que te hiciste fuerte y no dejaste escapar su recuerdo, todo el amor que te daba día tras día, todos los besos y abrazos, siempre estabas pegado a su pierna mirándonos con esos ojazos bonitos, tan inocentes. Ya tendrás mas o menos la edad de tu madre de aquella noche. Deseo que de un modo u otro hayas crecido con ese apoyo maternal que te arrebataron tan injustamente, tan de repente. No se si se puede llegar a encontrar la felicidad cuando te quitan lo mas hermoso que puedes tener, ni como se aprende a vivir con ello.  

No quiero dejar esto a medias sin decirte todo de una vez, trago mis lagrimas para que me dejen acabar, me duele el pecho y no puedo apenas respirar, un dolor muy fuerte me atraviesa el alma si te pienso, si te veo. 

¿Sabes? Tengo tu tacto guardado, intacto, en ese rincón que antes te contaba, donde tú estas y las cosas importantes que atesoro solo para mi. Aún puedo sentir lo suave que era tu piel, tus manos, el color tostado de tu cara que albergaban esos ojos tristes que tanto me llegaron a gustar, tu sonrisa está congelada, por que es así como te recuerdo, con un sonrisa para todos, a veces un poco triste, otras mas alegre pero siempre la tenias para regarla a quien te mirase. Y si es cierto que lo primero que se olvida de un ser querido es su voz yo te tengo a buen recaudo, por que a día de hoy, de vez en cuando puedo escuchar algunas frases de aquella noche. Tengo algunos recuerdos, aunque algo borrosos pero muy bonitos, de verte reir, disfrutar, contarme algún secreto en la puerta del baño de chicas, una ilusión, correr hacia el coche entre risas y empujones para ver quien se sentaba en la puerta. Como odio aquella noche. Cuanto me duelen las ultimas miradas, como me duele tu recuerdo. 

En ocasiones te cuento como me siento y pienso en cuánto  me gustaría saber como estás, que todo hubiera seguido su curso y vernos mayores, con nuestros miedos e ilusiones. Hablando de universidades de nuestros hijos, novias o trabajos en los que están y entonces me pongo a llorar, pero poco rato, por que nadie entendería por que lloro por alguien que hace tanto tiempo que se fue, pero Ana, te llevo tan adentro que no te puedo dejar, entiendo que cuidas a tu niño, que aquella noche lo arrancaron de nuestro lado y se lo llevaron lejos, que cuidas de tus padres, que comenzaron una lucha desesperada por poder ver a su nieto aunque solo fuera cinco minutos en la salida del colegio. Aquella noche se truncaron sus vidas metiéndose de lleno en una espiral llena de oscuridad y vértigos. Un día no hace mucho me encontré con tu padre, cada vez que lo he visto he deseado preguntarle por tu hijo, pero no me he atrevido, me he sentido incapaz nombrarle por que en su nombre está grabado el tuyo y duele mucho. 

Ahora comprendo todas las veces que el psicólogo me preguntaba si tenía algo para decirte, quería que lo sacara todo fuera y te dejara escapar, pero fui incapaz, hace veinte años no tenia nada que decirte por que ya estaba todo dicho, no comprendia por que queria que te hablara si no estabas aqui, si no me ibas a responder. Fueron años muy dolorosos y silenciosos, comencé a saber cuales eran las palabras tabú en casa y en el entorno familiar. Se intaló dentro de mi un silencio muy grande que lleva tu nombre grabado a fuego y aún, a día, de hoy rompo a llorar. Es tan grande este dolor que ya es parte de mi, este dolor me hizo un poco mas fuerte pero esa fortaleza no me enseñó a vivir sin ti, solo a silenciar todo lo que sentía. 

Por si aun no te lo he dicho necesito que lo sepas, te quiero. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchísimas GRACIAS por leer el blog y por vuestros comentarios.✍️ Son muy importantes para mi y para mi pequeño mundo literario. 📚


De acuerdo con la nueva Ley sobre Protección de Datos, RGPD, os informo a todos los que quieran comentar en el blog que se autoriza a que aparezca publicado el comentario con los datos que se aportan al escribirlo.